lunes, 8 de septiembre de 2014
El mayor genocidio de la historia
Estoy releyendo un libro extraordinario que recomiendo a los buenos lectores que visitan este blog. Fue escrito por Tzvetan Todorov, semiólogo búlgaro, y se titula La conquista de América/ El problema del otro. Fue publicado por siglo veintiuno editores. Parece un libro sobre la conquista de América, Colón, Cortés, los indios, etcétera, pero es mucho más que eso. El tema central del ensayo es el otro como problema a resolver y estudiar. Al margen de eso me impresionó conocer los resultados catastróficos que tuvo para los pueblos originarios de estas tierras el mal llamado descubrimiento de América que en realidad debió llamarse encubrimiento, o, mejor, el mayor genocidio de la historia universal. Basta de rodeos. Sin entrar en detalles y sólo para dar una idea general puedo decir, basado en fuentes irrefutables, que en el año 1500 la población total del mundo se calculaba en cuatrocientos millones, de los cuales ochenta vivían en las Américas. A mediados del siglo XVI, de esos ochenta millones quedaron...diez. Solamente México estaba habitado en vísperas de la conquista por unos 25 millones de personas. En el año 1600 sólo sobrevivía un millón. O sea. Si alguna vez se ha aplicado con precisión a un caso histórico la palabra genocidio, por ejemplo en Gaza, el que estoy refiriendo ahora le gana a todos los conocidos, Holocausto incluido. Ninguna de las matanzas del siglo XX puede compararse con esta hecatombe monumental. No se trató solamente de asesinatos en el estricto sentido de la palabra. Hubo también malos tratos, hubo esclavitud, hubo disminución forzada de la natalidad (el que quiera ahondar en esto último tendrá que leer el libro) y hubo lo que se llama choque microbiano, lo cual sería una responsabilidad indirecta por parte de los conquistadores europeos. Aclaro que nada de lo que aquí está dicho representa la menor crítica al pueblo español, a los españoles en general, uno de cuyos representantes -Pep, Josep o simplemente José- es seguidor fiel de este blog y amigo entrañable aun a la distancia. Y eso para no hablar de Silvia Pérez Cruz de la que estoy enamorado para siempre. Nada tuvo que ver lo hispánico con lo ocurrido en América a partir de 1492. Pero en fin. Así fueron las cosas y queda dicho aquí sólo para aquellos que, como yo, pensábamos que el mundo de hoy está peor que antes. Al parecer no es así.
L.
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