domingo, 7 de septiembre de 2014

La ilusión del sexo puro


F dice que los martes se encuentra con M para tener sexo. Es algo puramente físico, aclara. F y M vivieron juntos hace años. Ahora se hizo costumbre entre ellos la cita puntual de los martes en un discreto refugio de Almagro. Lo que hacen con M, explica F, es un acto desprovisto de cualquier implicación emocional. Para eso -dice también- están las respectivas parejas. F resume la situación diciendo que sus cuerpos tienen buena química (es la expresión que usó) y que ahí empieza y termina todo. El argumento es razonable pero cuesta aceptarlo. Desde que hay lenguaje entre los humanos el comportamiento animal no resulta sencillo. El coito se transfigura y los fluidos empiezan a mezclarse con pulsiones invisibles. Sentimientos, celos, anhelos ocultos, aspiraciones complejas. Es una rara mixtura de falta, cuerpo y palabras. La ley del placer y el deseo se resuelve en muy lejanas lejanías. Y no hay forma de nombrarla.
L.

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