Toda persona tiene una sombra secreta, una especie de copia que supera por momentos al original. Un doble, un sueño de verano que oscuramente se proyecta contra el cielo y la tierra. No es fácil para la copia comportarse como la versión inicial. No es fácil para la sombra actuar con la cadencia erótica del cuerpo. Algo imprevisto ocurre sin embargo. De pronto el doble supera a la copia, la trasciende y mejora, se impone la potencia perdida por la vida y la carrera es ganada finalmente por la máscara. La gente de por aquí -dice el poeta antes de dormir- se ha convertido en la gente que fingía ser.
L.
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