martes, 19 de febrero de 2013

Mala poesía

De pronto me convertí en un texto de esos que tanto critico en mis talleres de escritura. Una trama llena de repeticiones de ideas y palabras. Un ser carente de silencios y entrelíneas. Un discurso pobre en musicalidad. Soy ahora prosaico, o, peor, un pésimo poeta. No puedo explicar cómo fue el proceso que me llevó a convertirme en una muestra exacta y perfeccionada de lo que más detesto.  No entiendo de qué modo descuidé la forma y cómo a partir de esa equivocación el contenido o como se llame dejó de ser arrastrado por las aguas y la vida. Pero no todo se ha perdido. El mal poeta busca y busca la poesía, una prueba definitiva de que el poema existe.
L. 

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