martes, 18 de febrero de 2014
Palabras íntimas
"Cuando digo algo pierde inmediatamente su importancia -dice Kafka en sus diarios-. Cuando lo escribo la pierde siempre. Pero a veces adquiere una nueva". Se supone que el diario íntimo no sólo carece de importancia sino de lectores. Ahí todo vale. Pensamientos, sueños, ficciones, prohibiciones, comentarios acerca de uno mismo, acontecimientos importantes o insignificantes. Se supone, también, que se escribe un texto sin destinatario aparente con el objeto de confesar lo inconfesable, para bajar la ansiedad, conjurar fantasmas o como examen de conciencia e inconsciencia. Los diarios íntimos no permiten a su autor saber quién es pero al menos lo ayudan a saber en qué se está convirtiendo. Hay una descripción clínica de una mutación en marcha. Hay también narrativa personal y un gran autoengaño: el de creer que es el autor el que habla (su yo) sin recordar, como advierte Rimbaud, que yo, siempre, es otro.
L.
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