miércoles, 19 de febrero de 2014
Por qué elegimos
Casi nadie se pone a pensar por qué elegimos a una persona y no a otra, por qué nos gusta un color y no otro, por qué nos inclinamos por viajar a un lugar y no a otro...habiendo tantos. Por más difíciles que sean las cosas raramente nos equivocamos. Y si erramos la causa no está en la elección. Ya es hora de hacernos cargo. Elegimos por algo. Una especie de plan subterráneo colabora en ese plan jamás planificado. Cuando nos atrae un nombre, un gesto, una palabra, un cuerpo o un rostro entre diez mil, es porque aún de manera inconsciente ese conjunto nos resulta familiar desde la infancia. Y porque eso que aparece como nuevo remueve en nosotros una materia lejana pero intacta. En resumen. No existe un ver las cosas por primera vez. Si algo nos conmueve es porque ya nos había conmovido de manera inconsciente en un pasado remoto. Por eso decimos que las cosas se descubren, siempre, por segunda vez.
L.
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