martes, 18 de febrero de 2014

Palabras olvidadas

Esta mañana olvidé las palabras Albert Camus. Tuve que buscar la novela El extranjero para verlas escritas y aliviarme. Pero el episodio me pareció grave para no decir gravísimo. Tampoco acerté con el nombre de Cabrera, la calle que corta a Gascón justo en la palabra esquina. No sé ya cómo se dice vaso, caso, faso, paso en falso. No tengo idea de la rima. No sé cómo llamar al animal que casi todos usan como mascota. O los nombres de las estrellas principales de la constelación de Orión, o cómo se llama la protagonista de la película El imperio de los sentidos, el nombre de la segunda ciudad más importante de Noruega o para qué decir pluscuamperfecto. La desmemoria crece y siento que me rodean objetos anónimos, es decir, incomprensibles, indesignables, imposibles ya de bautizar. El mar ya no es el mar. Olvidé el sentido de la palabra árbol. Y qué decir de la palabra beso, aunque a veces, como en este caso especial y espacial, más importante es recordar el acto que su nombre.
L. 

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