La más hermosa historia de amor que se ha escrito es, quizás, Romeo y Julieta. Lástima que el resultado de esa pasión fue desastroso. Ella tenía apenas catorce años. Él dieciocho. Murieron los dos por disputas familiares más una tonta demora en el correo. Qué linda historia. Aún así podemos ver lo positivo. Porque al morir antes de tiempo Julieta y Romeo se salvaron del inevitable desgaste: toallas en el piso, cuentas sin pagar, quién lava los platos, diálogos duros, infidelidad, problemas en la cama, embarazos no deseados, etcétera. No todos los enamorados tienen tanta suerte.
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