miércoles, 26 de marzo de 2014

Desprogramar el ojo

Sería lindo aprender a mirar el mundo, las cosas, la gente, sin ideas previas, sin estructuras impuestas desde afuera, con un cierto nivel de inseguridad, inocencia y asombro. Aprender a observar lo que nos rodea como si fuera la primera vez. Sería lindo desprogramar el ojo y abandonar la idea amor, la idea sueño, la idea dios, la idea pez. Dejar de lado todo pensamiento anterior al hecho observado. Desprogramar el ojo y la palabra. Elegir, frente al aluvión de frases hechas, las frases deshechas. Dejar por fin de ser hablados y empezar, sí, a hablar con voz propia. Desprogramar el ojo. Desprogramar la boca. Desprogramar la vida.
L.

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