jueves, 13 de marzo de 2014

El amor cambia de forma


Paula no existe. Es un personaje de ficción creado para contar historias esencialmente verdaderas. Al margen de esto debo decir que Paula se está alejando de mí. El proceso es lento, o, como diría un filósofo amigo, tiende a convertirse en una transformación silenciosa. Ya no siento el abrazo de las noches. Antes de antes, en su delicado acento colombiano, Paula ordenaba: ¡gira! Y yo giraba mirando hacia la pared izquierda. A continuación ella me abrazaba desde atrás, los cuerpos unidos, las manos entrelazadas o al menos encimadas, y todo así hasta la mañana siguiente. Eso no sucede ahora. Mi cuerpo no oye la orden colombiana. Mi cuerpo, en consecuencia, no gira hacia la pared izquierda. Hasta los desayunos perdieron la mística de antaño. Y eso, claro, para no hablar de otras cuestiones propias de los vínculos amorosos. ¿Se acabó el amor? ¿La relación cambió de forma? Y en tal caso, ¿qué nueva configuración adoptará en el futuro? Responder a estas preguntas es un ejercicio inútil dado que Paula no existe sino que es apenas un personaje de ficción creado para contar historias esencialmente verdaderas.
L. 

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