Nadie sabe cómo escribir cuentos. Ni siquiera quienes los escriben. Muy especialmente estos últimos. Es un problema cuando en los talleres literarios alguien pregunta cómo se arma un relato. Los coordinadores de alumnos de escritura, si son serios, no saben qué decir al respecto. Algunos, al borde de la desesperación, apelan a lo que han dicho al respecto autores de primera línea. Ninguno de ellos (Cortázar, Carver, Yourcenar, Rulfo, Chéjov, Hemingway, García Márquez, Quiroga, Cheever, Murakami) tuvo jamás la menor idea acerca de la cuestión. A lo sumo alguna generalidad del tipo comienzo, nudo y desenlace. En definitiva. La pregunta por la técnica no tiene respuestas. Ni para escribir ni para vivir. Es una lástima que no exista ni un solo manual. Pero así es la cosa. Hay una fórmula que no falla nunca. Se aprende a escribir cuentos escribiéndolos.
L.
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