jueves, 21 de agosto de 2014

Mentiras colectivas


Vivimos gobernados por grandes mentiras colectivas. Son falsedades que nos permiten autoengañarnos al menos por un tiempo. Inventamos una especie de complacencia global que se adapta a todas las situaciones. Negamos en nosotros y en los otros las enfermedades odiosas. Negamos la vejez. Disfrazamos la estupidez propia y ajena. Ocultamos los simples olores humanos. Mostramos al mundo nuestro mejor perfil. Y si del mundo se trata nos hacemos los distraídos ante las masacres, los bombardeos, la triste suerte de los expulsados de la tierra, del mar, del cielo y de la vida. Para soportar la obvia exclusión del otro nos amparamos en falacias de las cuales nos han convencido las imbatibles cadenas de desinformación masiva. Son terroristas, decimos. Hay que matarlos a todos, decimos también. El mundo será hermoso sin negros, sin pobres, sin palestinos, sin feos y sin malos. ¿Será el mundo un gran starbucks a escala mundial? Mentiras colectivas, tristes, impiadosas. 
L. 

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