Los enamorados temen enamorarse demasiado. Piensan que el objeto de amor extremo y quizás alcanzado pueda perderse en algún momento. Por tal motivo los enamorados endiosan al ser amado hasta límites increíbles. Tanto se aferran que lo que debería ser motivo de paz y felicidad plena les genera angustia. Creen que sin él o sin ella se mueren. Que no podrán seguir viviendo. Pasado algún tiempo descubren que sí, que podrán seguir viviendo, y que ningún objeto o cosa de este mundo, o del otro, puede ser alcanzado jamás.
L.
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