miércoles, 20 de agosto de 2014

Lo inútil


Para la siempre lúcida Hannah Arendt no había cosa en el mundo más importante que el mundo, ese que los hombres construyen mediante tres clases diferentes de cosas: las que tienen un valor de cambio, las que sólo tienen valor de uso y las obras de arte. Estas últimas se caracterizan por ser casi totalmente inútiles. No tienen ni valor de uso ni de cambio. Y sin embargo las obras de arte son las más perdurables de todas las obras. Si por algo lo humano permanece es debido a ellas. Sólo el arte es capaz de convertir el polvo en llamas, o, mejor, el llano en llamas como lo diría Juan Rulfo. La literatura y el arte pertenecen al campo de lo inservible, un lujo casi, la pura nada. Pero pocas cosas son tan viejas e indestructibles como ciertos poemas, ciertos cuadros, ciertas músicas, ciertos libros.
L.

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