No hay diez mil escrituras posibles, quiero decir, no hay un estilo para redactar mails, otro para comunicados de prensa, uno más para componer novelas y otro para cuentos, fragmentos y poemas. Hay una única escritura que en todos los casos debería ser precisa, singular, auténtica, despojada de amaneramientos, rodeos y palabras de relleno. No niego al decir esto la importancia de aprender a comunicar en cada caso siguiendo un código determinado. No niego que el periodismo apunta en principio a contar algo verdaderamente ocurrido mientras que la literatura se da libertades a la hora de soñar e inventar. Pero que esta diferencia no lleve a pensar que hay escrituras distintas, finas o vulgares según el caso. Hay una única escritura. El problema, porque es un problema, es dar con ella.
L.
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