miércoles, 20 de agosto de 2014

La vecina


La vecina se desnuda puntualmente a las seis. No puedo dejar de verla dado que los hechos ocurren frente al ventanal del living de mi departamento situado en pleno centro de la ciudad costera. La ceremonia es lenta y por más que trato de seguir con mis quehaceres resulta imposible ignorar lo que sucede a escasos metros de mi lugar de vivienda. La mujer se mira atenta al espejo, se quita primero la camisa, luego las medias y el pantalón. Por fin, apenas cubierta por ligeras telas, va y viene por el cuarto como si algo la atormentara. Luego se saca la ropa interior y así, totalmente expuesta, camina primero hacia la cocina y luego al comedor para volver de nuevo al cuarto donde el cuerpo se exhibe para mí en su más íntimo resplandor. La veo de espaldas, de perfil, de frente. La escena reiterada parece decirme algo importante sobre algo. Y no sé qué es.
L.

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