martes, 4 de febrero de 2014

Temas para escribir

Mis alumnos de talleres literarios se quejan a veces de la falta de tema. No se me ocurre nada, dice alguien. Hoy no estoy inspirado, desliza otro. Mi comentario en esos casos siempre es el mismo. Lo que importa en la escritura no es el qué sino el cómo. El tema puede aparecer inesperadamente a medida que se arma la trama. Rayuela, la novela de Cortázar, empezó con una escena en Buenos Aires donde una persona le pasa a otra, por medio de un tablón, un paquete de yerba. Eso ocurre entre dos edificios casi pegados. Cortázar empezó a contarlo sin la menor intención de escribir Rayuela, que dicho sea de paso iba a llamarse inicialmente Mandala. El intento dio como resultado una de las novelas más hermosas de la literatura contemporánea. Y así con todo. Tolkien empezó su famosa saga de El señor de los anillos escribiendo una frase en un papel. Eso le pasó una tarde en que el hombre tomaba examen a un grupo de alumnos. En un agujero en el suelo vivía un hobbit, escribió. Eso fue todo. Cuando volvió a su casa debió hacerse cargo de la frase. Hacerse cargo en literatura significa desarrollar, responder con palabras de este mundo a simples preguntas. ¿Qué cosa es un hobbit? ¿Por qué vivía en un agujero? Así empezó la maravillosa historia. Al margen de estas cuestiones hay otra más importante aún. El señor de los anilllos es un buen libro no por el tema sino porque está bien escrito.
L.

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