Crónica de mi muerte anunciada. Así se titula una carta firmada por García Márquez el 20 de marzo de 1982. Que yo sepa nadie la mencionó en tantos homenajes pomposos e intrascendentes que se le hacen al escritor no se sabe si porque escribía bien o porque se murió. En esa carta por nadie mencionada y publicada ayer por el diario peruano La República el autor colombiano cuenta que fue amenazado de muerte por un grupo paramilitar de su país llamado Muerte a Secuestradores. García Márquez había sido incluido en una lista negra para ser asesinado. La lista no era para tomarla en broma. Al final de la carta el autor de Crónica de una muerte anunciada escribe lo siguiente. "No hay en este mundo una gloria más fácil que la de asesinarme -dice-. No tengo ningún arma de defensa distinta a la máquina de escribir, y a estas alturas no estoy dispuesto a cambiar de vida sólo para vivir unos años de sobra (...). Lo único triste sería ser víctima del gobierno más chapucero que ha tenido mi país en toda su historia, y por un atentado que no sería ni siquiera un crimen político sino un simple acto administrativo cometido por miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia". Junto a la publicación de este fragmento debe decirse por último que en caso de no haberse ido a vivir a México García Márquez hubiese sido asesinado con total y absoluta seguridad. En su país, como lo sabe cualquier colombiano mínimamente informado, las amenazas de muerte se concretan de manera tan disciplinada como eficiente.
L.
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