sábado, 26 de abril de 2014

Punto fijo

El maestro de yoga da una indicación para una postura especialmente difícil. Imposible describirla con precisión. Un pie va adelante sin dejar de avanzar. Los brazos a los costados. La pierna libre va hacia atrás. El tronco se eleva con la cabeza buscando el cielo. El pubis tiene que buscar el suelo hasta casi tocarlo. El maestro de yoga insiste en la necesidad de ubicar un punto fijo que permita alcanzar un punto móvil. La idea es interesante. Para que algo pueda moverse libremente hace falta que otro algo permanezca seguro e inmóvil. Dos elementos básicos para la vida se necesitan mutuamente. Dicho de una manera más simple. Para volar muy alto, como las azafatas y los pájaros, hay que tener por lo menos un pie en la tierra.
L.

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