martes, 29 de abril de 2014

Ideogramas chinos

Siempre me interesaron los ideogramas chinos. De ningún modo se los puede comparar al idioma occidental. Desde sus orígenes, cuando se grababan signos en conchas de carey o huesos de búfalo, los chinos tendieron a las combinaciones. Y eso duró tres mil años por lo menos. Cada ideograma está compuesto por lo menos de dos elementos. Corazón + otoño es igual a melancolía y tristeza. Hombre + árbol equivale a descanso o descansar. Cielo + tierra es universo. Tambor + danza es alentar, incitar. Lanza y escudo es contradicción. Mano y pie aluden a sentimientos fraternos. Quién entiende a los chinos. Después están los sintagmas que forman expresiones simbólicas. Polvo rojo alude a cosas de este mundo o a la vanidad de la gloria. Pino verde o bambú recto deben leerse como rectitud y pureza de sentimientos. Aguas que corren hacia el oriente representan la huida del tiempo. Oca salvaje que vuela hacia el oeste es separación, añoranza. Luna llena significa reunión de amantes separados. Cuando me entero del sentido metafórico de los ideogramas tengo muchas ganas de ser chino, sabiendo que en esa cultura el lenguaje poético se nutre del lenguaje corriente, o grosero, como si fuesen la misma cosa. Ganas de ser chino en un día como hoy, martes de otoño como el jueves de Vallejo. Ganas de hablar por elevación evitando que la línea mate a la entrelínea. Ganas de estar para siempre en otra parte. Ideogramas chinos. La salvación.
L.

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