lunes, 21 de abril de 2014

Se le pide demasiado

Se le pide demasiado al amor. Se le pide que solucione al mismo tiempo problemas habitacionales, culturales, sexuales, económicos. Es mucho. Por si fuera poco se le pide al amor que nos libere de la angustia, del dolor, de la muerte, de la soledad. Sobre todo esto último. Se le exige al amor que no permita que estemos solos jamás. Y ahí no acaba la lista. Se le pide al amor que nos organice las vacaciones, que nos ayude a formar una familia, que nos entretenga, que nos libere del tedio interminable y nos regale momentos felices a cada instante. Pobre amor. No puede con todo. Y además conviene estar preparados. El amor puede cansarse de tantos reclamos.
L.

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