lunes, 21 de abril de 2014

Dieciocho meses

Los que se entusiasmaron con García Márquez a raíz del circo mediático y quieren emular su literatura deberían escuchar sus oportunos consejos sobre el tema. En un pequeño opúsculo (perdón) sobre cómo fue la composición de Cien años de soledad el autor recuerda que desde muy joven jamás levantó la cabeza de su máquina de escribir. En tal o cual ocasión tuvo que levantarse para ir al baño, recibir un premio o aceptar a regañadientes una entrevista periodística. Todo lo demás fue pegar el culo en la silla, como se dice, y escribir. Cuando cumplió 38 años y ya con cuatro libros publicados desde sus veinte años se sentó una vez ante la máquina de hacer pájaros y escribió una frase que quedaría para la historia. "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo". El autor colombiano recién fallecido no tenía la menor idea del significado ni del origen de esa frase ni hacia dónde iba a conducirlo. Lo que luego supo es que no dejó de escribir ni un sólo día durante dieciocho meses (no es tanto) hasta terminar un libro imposible. No tenía un peso, carecía hasta de papel para escribir y no le alcanzaron las monedas para enviar sus Cien años de soledad a una editora argentina. En síntesis. Los que se entusiasmaron con el show mediático ante la muerte de García Márquez deben escuchar sus consejos que llegan ahora desde el otro mundo. No deben idealizar la escritura. Deben pegar el culo en la silla y disponerse a trabajar. Por lo visto hay premio al final.
L.

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