La soledad no es el mal mayor. Al contrario. Es un bien escaso y cada vez más raro. Eso a no ser que entendamos por compañía a las manitos de facebook, a la mal llamada conexión permanente del blakberry, a los constantes llamados familiares, amistosos o amorosos, a los mensajitos de texto que bombardean día y noche los celulares del planeta. Aunque tengamos todo eso y un millón de amigos, aunque nos llamen a cada rato, la soledad es la más genuina condición humana. Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Alguien sin embargo nos acompaña en la aventura y qué bueno que así sea. Qué bueno que haya una persona con la cual podamos compartir el silencio sin por ello sentirnos mal. Los que necesitan gente y ruido todo el tiempo están perdidos. La pareja que puede permanecer bien y en silencio durante un largo tiempo tiene futuro. La pareja que necesita hablar sin parar el día entero, y con fondo musical, radial o televisivo, está en serios problemas. La soledad. El silencio. La paz compartida. Bienes raros y escasos.
L.
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