Contra los poetas. Así se llama un breve texto escrito hace tiempo por el poeta y narrador Witold Gombrowics. Su provocación, como puede imaginarse, no apunta hacia la poesía sino al prejuicio de lo poético, de lo artístico, de lo refinado y supuestamente bello. Toda ese aluvión de rosas, amor, noche, lirios, aguas que horadan la memoria, etcétera. El autor se opone al mundo ficticio y frívolo que se presenta en sociedad como sabio, sensible y profundo. Se trata en suma de un ataque a la pureza mal entendida, una burla del tono poético, almibarado, azucarado, hueco. No pasa por ahí el desafío. La poesía sopla donde quiere. La poesía no debe significar sino ser.
L.
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