martes, 15 de abril de 2014

La casa vacía

No sé de quién son esos libros, la mesa llena de raros objetos, el futón, la cama del cuarto nunca tan ancha e inútil. La casa fue vaciada para siempre y nada puede esperarse en el lugar abandonado. Espacio despojado de olores amados, escenografía para una obra que nunca va a estrenarse, televisor mudo, plantas muertas y fantasmas de gatos imaginarios. Voraz, deshabitada, la casa volvió a ser lo que no era. No sé quién dibujó en los papeles inútiles. No sé de quién son las bombachas puestas a secar. Todo sin novedad en la veteada casa. Hasta el baño perdió su divina intimidad.
L.

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