La verdad no está de moda. Al contrario. Se la trata de evitar por todos los caminos a mano. La verdad es conflictiva y a veces produce rupturas entre la gente que se quiere. Por eso tantos prefieren deformarla, nublarla o directamente negarla. Hasta la verdad del cuerpo es maquillada con esmero. Los cuerpos desnudos que se ven en las tapas de revista han sido previamente mejorados con algo llamado photoshop. Es tan difícil postular una verdad mínima y parcial que los interesados en ese aspecto esencial de la vida deben no solo buscar la verdad sino luchar por ella aún a riesgo de perder la vida. Otro problema de la verdad es su carácter complejo. Lo complejo no está de moda. Lo que está impuesto es lo rudimentario, lo que no requiere de pensamiento alguno. Pensar no está de moda. Por eso seguimos diciendo que el sol y la luna salen y se ponen pese a que sabemos de sobra que los astros ni salen ni se ponen. Pero los hechos no están de moda. O lo están apenas superficialmente. Mentimos a todos y eso está bien visto. Porque la verdad es conflictiva y puede traerle problemas a quien la pronuncia. Preferimos vivir narcotizados, sonreír, dejar pasar y sobre todo olvidar. El olvido está de moda. Ocultar está de moda. Desocultar, en cambio, es el peor pecado que puede cometerse en estos tiempos.
L.
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