Para vencer la angustia, ocupaciones. Para no vencerla...igual. ¿Se perdió un amor? Ocupaciones. ¿Apareció otro? Ocupaciones. ¿El mundo se va al diablo? Ocupaciones, ocupaciones, ocupaciones. De poco sirve darle vueltas y más vueltas al asunto. No digo no pensar. No digo mirar para otro lado. Pero en el acto de ocuparse asoma la cura posible y hasta una forma parcial de salvación. El movimiento engendra movimiento. Y nunca se sabe exactamente cuál es el nombre de la próxima estación. Ocuparse. Bienvenidos al tren.
L.
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