Se supone que si una persona se desplaza desde el punto A, donde la pasa mal, al punto B, donde la pasa bien, le irá mejor. Otros sugieren que conviene cambiar a la persona C, con quien se aburre, por la persona D, más divertida y sensual. Llamo a eso teoría del desplazamiento. Pero los viajes entre escenarios o personas no cambian nada esencial. Viajero donde vayas no encontrarás nada que no lleves contigo. Leí eso una vez. Admito que a veces el viaje ayuda en sentido amplio. El movimiento genera movimiento, lo que también es verdad. ¿En qué quedamos entonces? Hay que aprender, dice el poeta, ni a irse ni a quedarse. Hay que aprender a resistir.
L.
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