Trato de decir las cosas, es decir, ir al punto, es decir, evitar los rodeos, es decir, no engañarme ni engañar. Pero a la hora de escribir, por ejemplo ahora, sé que es imposible no dar rodeos, que el camino está lleno de curvas, como ciertas mujeres, que las curvas tienen pozos de agua, que el agua se derrama por todos los costados y que siempre, siempre, se arma un lío tremendo con las palabras. Uno siempre tiene un plan que a la hora de su ejecución se desarma en diez mil caminitos. Los planes sirven, en conclusión, para ser traicionados. Unión de postulados. Ir al punto dando rodeos, o, también, dar rodeos yendo al punto, sin engañarme ni engañar.
L.
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