Unas cuantas figuras significativas para mi murieron demasiado jóvenes. La lista es larguísima pero voy a detenerme apenas en unos pocos nombres. El revolucionario Ernesto Guevara, por ejemplo, fue ejecutado a los 39 años. Arthur Rimbaud, creador de la poesía moderna, murió de cáncer en la rodilla a los 37. El gran pintor austríaco Egon Schiele, mi preferido, murió de gripe española con 28 años de edad. Frank País, una promesa de la revolución cubana, cayó bajo las balas cuando sólo había cumplido 22 años. En similares condiciones murió el poeta peruano Javier Heraud. Era guerrillero y fue baleado en el río Madre de Dios a los 21. Marilyn Monroe, la rubia inalcanzable, se mató con pastillas a los 36 años. Van Gogh, uno de los artistas mayores de todos los tiempos, se mató de un escopetazo a los 37 años. Jim Morrison dejó de vivir a los 27. Jaco Pastorius, el mejor bajista de la historia del rock, "nos dejó", como dicen los malos poetas, a los 35. Mozart fue enterrado en una fosa común a esa misma edad. Frida Kalho, la pintora de Coyoacán y la casa azul, murió a los 47. Lennon a los 40. Pavese, mi escritor elegido, tenía 41 años cuando se mató con barbitúricos en un hotel de Turín un domingo voraz y deshabitado. James Dean, 24 y...basta ya. La edad es lo de menos. Eran todos muy jóvenes y lo siguen siendo a diferencia de tantos hombrecitos grises que aún respiran y murieron mucho antes de todos los que mencioné al azar en este post ofensivo.
L.
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