jueves, 30 de octubre de 2014

Enseñanzas


Demasiado extendida la idea de que los libros -también las películas, las obras de teatro y las ensaladas de tomate- dejan enseñanzas. O sea que leeríamos y viviríamos para aprender algo y ser mejores. Qué lindo. Por fin se ha descubierto una utilidad también para la lectura. Aprendemos algo como se aprende de los libros de autoayuda y de las experiencias. No pienso así. No lo pienso en absoluto. Los buenos libros no enseñan nada. Muestran algo. Sólo eso. Y los leemos con el mismo placer con que a veces hacemos el amor, es decir, sin esperar algo práctico de esos actos. Haciéndolos apenas por placer y deseo, palabras obviamente ofensivas que da pudor pronunciar en este blog.
L.

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