viernes, 17 de octubre de 2014

El bocado

Los celos en la pareja son tan frecuentes como las lluvias en verano. Nadie está a salvo. Por todas partes hay gente sedienta de amor y en muchos casos se trata de hombres y mujeres interesantes. Las parejas deben avanzar como barcos en medio de un mar cubierto de soledades inquietantes. Los brazos, y no sólo ellos, se tienden hacia nosotros como las algas del deseo. ¿Cómo escapar al indudable atractivo de la novedad? Cualquier otro u otra puede resultar un maravilloso descanso ante el enorme peso de construir una divina relación siempre acosada por bolsas de basura, cuentas sin pagar y platos amontonados en la pileta. Hasta la bella durmiente se despertaría con tanto ruido. Y mientras eso ocurre no debe sorprender que de tanto en tanto el ave del paraíso nos atraiga más que la paloma herida que ahora está en el baño con cistitis. ¿Cómo evitar la distracción? ¿Cómo ceder al bocado sin perder el banquete?
L.

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