lunes, 14 de marzo de 2011

Cuando el mar era aburrido


La primera nave que se aventuró en el mar fue Argos. El acontecimiento fue equivalente al descubrimiento del fuego o a la invención del aeroplano. Dioses y hombres se admiraron del hecho inesperado. Hasta las Nereidas, semidesnudas, se animaron a mostrar sus pechos por primera vez a los mortales para ver el barco desde el agua. Antes de Argos la vida en el mar no podía ser más aburrida. Un poeta de la época, Estacio, escribió que "antes de que hubieran naves los mares languidecían en inerte somnolencia. Ni Tetis se atrevía a levantar espuma ni las olas a rociar nubes". La diversión oceánica llegó a tiempo. Pequeñas naves, embarcaciones gigantes, cruceros de turismo, aviones, cohetes, televisiones, celulares y centrales nucleares trajeron diversión marítima y terrestre para la población mundial. Después, claro, llegó el tsunami.
L.

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