martes, 29 de marzo de 2011
Mirar hacia adentro
Cuando iba a yoga en un local de Hare Krishna el instructor nos pedía que cerráramos los ojos y miráramos hacia adentro. Yo lo hacía aún desde el descreimiento total. Pero lo hacía. Cerraba los ojos y buscaba algo en medio de la confusión. Pero todo se veía oscuro, es decir, yo no veía nada en el supuesto adentro. El ejercicio resultaba absurdo. Recordé a Jean Paul Sartre cuando decía que por dentro las personas somos como queso derretido, o sea, nada. Solamente a través del lenguaje y la acción podíamos empezar a ser humanos. No fue difícil concluir que lo de adentro está afuera. Pero para darse cuenta de eso, claro, hay que tener un mínimo de vida interior.
L.
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