viernes, 11 de marzo de 2011
La ola I
La palabra tsunami viene del japonés. Puerto (tsu) y ola (nami). A diferencia de las olas normales -generadas por las mareas, el viento y las corrientes- el tsunami produce un gran desplazamiento de agua originado por la presión entre dos placas tectónicas. Una vez desencadenado el episodio las olas se desplazan a una velocidad de entre ochocientos y mil kilómetros por hora, algo equivalente al movimiento de un avión comercial. Las olas pueden alcanzar diez metros de altura al llegar a la costa y pueden ser varias. No siempre la primera es la mayor. Las que vienen atrás suelen ser las más devastadoras. En caso de tsunami se recomienda, si uno está en la playa, buscar tierras elevadas. Si se está en una embarcación, mar adentro, se aconseja permanecer ahí, es decir, no buscar un puerto. Este último dato es especialmente interesante. Los viejos navegantes lo conocen. Cuando uno está pasando momentos de inestabilidad física o emocional lo que se aconseja es sacar las naves al mar o, para decirlo de otro modo, al tembladeral de la vida. Buscar amarraderos seguros (tranquilos) puede ser fatal en esos casos. Que cada cual saque las conclusiones correspondientes.
L.
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