viernes, 11 de marzo de 2011

Olor de mujer


Ante la probable agonía de Grusswillis una de las teorías que aportan los expertos es que mi gato puede haber sido muy afectado por el olor de una hembra de su especie. Por eso, dicen, se fue a los techos vecinos y quedó clavado en un punto, como hipnotizado. Hasta que ese olor no sea borrado por el viento o la lluvia (me dijeron también) el gato no se moverá, no comerá, no beberá. Sería casi como un suicidio sexual o algo parecido. Puedo entender la situación.  Cualquiera podría entenderla. Un olor es más que eso. Es una especie de obsesión. Eso que explica los crímenes pasionales, los duelos interminables, el dolor sin fondo. A veces el olor de una mujer alcanza para no querer saber más nada de la vida.
L.

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