martes, 15 de marzo de 2011

Una visión del mundo I


Cualquier sentido es mejor que ninguno, decía Nietzsche. Cualquier sentido ya es algo. Lo peor, quizás, es no tener opiniones sobre nadie y sobre nada. Mirar el mundo sin verlo. Dejar pasar las horas como peces muertos o desmayados. Ahí quizás está el problema. No tanto en carecer de una visión del mundo a la manera de la que tenían, teníamos, los de la generación del setenta. Es cierto. Parecía que entendíamos todo. Había un único camino, la revolución, y a partir de ahí entraba todo lo demás. Ahora parece que la ideología sobrecargada de ayer se convirtió en una especie de rechazo total a la mirada sobre lo que sea. Como si todo diera igual. Hay tantas realidades como puntos de vista. Esto último significa algo más. Sin puntos de vista, por pobres y absurdos que sean, no hay realidad.
L.

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