En realidad no quiero escribir. Quiero dormir, o, mejor, ver televisión. A veces los sueños terminan diciendo lo que no me atrevo a nombrar. La televisión, en cambio, frena todo. Es un muro, una aspiradora, una ola gigante que oculta los restos de mi experiencia. Algún día el agua se va a secar. Es mi miedo y mi esperanza. Y entonces vendrá el cementerio. Los muertos de mis días emergerán y no tendré más remedio que ser arqueóloga de mis propias ruinas.
Andrea
Andrea
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