Desde hace unos doscientos años doy clases de entrevista en facultades y escuelas de periodismo. Lo hago, como todo, con pesimismo en la idea y optimismo en la acción. El lema central de esas lecciones (mis alumnos están hartos de escucharlo) es preguntar desde un saber. Es decir. Lo opuesto al desempeño actual de los periodistas. Ellos preguntan con un desinterés enciclopédico y sin prepararse mínimamente sobre los temas a tratar. Los entrevistados, claro, contestan igual ya que eso les sirve para aparecer en los medios. La filosofía de las clases nace de admitir que la ignorancia no es el problema. Al contrario. Es buen punto de partida. Pero para ser un verdadero ignorante hay que saber mucho. Las mejores dudas se alimentan del conocimiento y la curiosidad, jamás de la indiferencia. Preguntar desde un saber es preguntar, también, desde el deseo y de las ganas de seguir deseando.
L.
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