lunes, 21 de marzo de 2011
La guerra está en otra parte
El título alude por elevación a una conocida novela de Kundera. La vida está en otra parte. No interesan ya cosas lejanas como el calentamiento global, la injusta distribución de la riqueza, el accidente nuclear en Japón o la lluvia de bombas que cae sobre Trípoli. La guerra está lejos. ¿Qué tengo que ver con ella? En todo caso me importaría que llueva en Buenos Aires. ¿Debo llevar paraguas? En la oficina las noticias que pesan tienen que ver con la situación en la casa de Gran Hermano (¿se besaron? ¿se ducharon? ¿cogieron bajo la mesa?), algún posible corte de rutas que impida tomar el colectivo o el taxi, saber si hay paro de subtes para adoptar las correspondientes precauciones. Los libios, además, se visten raro, hablan idiomas incomprensibles, no vieron el último capítulo de los Simpsons, no viajaron a Disneyworld. Seguramente, además, deben ser feos, sucios y malos. ¿Cuál es el problema entonces? Sigamos bailando sobre el Titanic. Ahí no hay peligro.
L.
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