Dos años de amor no garantizan nada. Dos meses o diez días tampoco. ¿Por qué festejar entonces los aniversarios? ¿Por qué las flores, la cena romántica, las promesas que no podrán cumplirse? Dos años de amor, dos meses, dos minutos. ¿Qué significan? El amor se coloca más allá del tiempo y el lugar. Es autónomo, voraz, jactancioso. Y por más que coma panes desesperados jamás se satisface. Porque el amor, si es amor, no quiere durar sino arder.
L.
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