Si desechamos la prosa de autoayuda afrontamos el gran desafío de vivir sin recetas. Nada más desalentador y a la vez más estimulante que eso. Porque si no hay fórmulas ni técnicas todo pasa a ser posible. Y si todo es posible quiere decir que cada cual es cocinero de una comida absolutamente original. Y es bien sabido que no hay mejor plato en la mesa que el que jamás fue probado. El más hermoso de los mares, dice el poeta, es aquel que no hemos visto.
L.
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