miércoles, 9 de marzo de 2011
Elogio del adulterio
El adulterio tiene mala fama y ya es hora de dignificarlo. Los amantes contribuyen como nadie al sostén de la familia. Si no fuera por "los otros" y "las otras" (el tercero en conflicto) la mayoría de las parejas se disolverían sin remedio. Basta imaginarlo para entenderlo. Un proverbio conocido sostiene que las cadenas del matrimonio son tan pesadas que dos personas no alcanzan para arrastrarlas. Hacen falta, por lo menos, tres. Bien mirado el adúltero es el verdadero traicionado. Pero la familia occidental y cristiana debería agradecerle siempre los servicios prestados a la causa.
L.
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