lunes, 11 de marzo de 2013

Drones

Ahora que ya nadie visita este blog (mentira, unos cuantos siguen viniendo y comentando y alentando) me siento libre para hablar de los drones. Es un tema poco agradable. No es tan lindo como copular, viajar o desarrollar el amor filial. Pero voy a encararlo igual porque ahora soy libre. Acabo de enterarme que la aeronaves robóticas llamadas drones mataron ya, por orden de Obama, a 4.700 personas. Eso en los últimos dos o tres años. Las víctimas son, eran, habitantes de Afganistán, Yemen, Somalía, países del Sahel, Irak o Filipinas y otros lugares. O sea. Países raros donde seguramente debe vivir gente muy mala y digna de ser asesinada.  Es fácil. Alguien, un desconocido que trabaja para la CIA o el Pentágono, alguien situado en una oficina de Disneyworld o cualquier lugar así, oprime un botón de joystick y listo. Asunto acabado. El sistema es perfecto. No hay pilotos ni tripulaciones, los ejecutores quedan liberados para siempre de tareas aburridas, sucias y peligrosas y, encima, el tamaño de la nave es comparable a un juguete. Valga como ejemplo el minihelicóptero Black Hornet Nano, de apenas diez centímetros de largo, 16 kilos de peso y equipado con una cámara. Lo usan las tropas británicas en Afganistán en sus acciones de "combate urbano". Para fabricar los drones, informa El País de Madrid en su edición del domingo último, intervienen cuarenta países con EEUU e Israel a la cabeza. Hay una única sombra en medio de tanta luz. Los drones no sólo invaden el espacio aéreo de otros Estados sino que contravienen del derecho internacional y aún el Tratado de Cielos Abiertos, en vigor desde 2002 y que compromete a 34 Estados firmantes. En síntesis. Se trata de ejecuciones sumarias que rompen con la tonta idea de que en una guerra no se busca la muerte de individuos concretos sino la derrota de un ejército o grupo armado sin nombres propios. La operacion es tan perfecta que le evita al "país dron" la engorrosa carga de tener que soportar, en beneficio de la víctima elegida, la tediosa opción de defensa o juicio justo. Cero problema. Guerra limpia. Ahora, mientras escribo este posteo, un dron se aproxima a mi casa. Ya es hora, por eso mismo, de suspender el viaje o cambiar de tema con urgencia.
L.

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