jueves, 14 de marzo de 2013

Los buenos


Los buenos suelen ser los peores. Cuidarse de ellos es fundamental. Son tan buenos, tan sensibles, tan solidarios, que hasta serían capaces de matar con tal de demostrar su casi infinita bondad y simpatía. No cometen pecados (¿qué cometen?), no faltan a su palabra (¿qué palabra?), son fieles (¿a quién?), ayudan a los pobres (¿a cambio de qué?). Los buenos, como se ha dicho, son, adelante y en el fondo, peligrosísimos. Los malos en cambio no generan mayores problemas. Uno ya sabe con quién trata y se atiene a las consecuencias. Los buenos, en cambio, ya sea por estupidez o por una especie de perversión encubierta, son capaces de concretar los actos más atroces...siempre en nombre del altruismo y la bondad. Comparten hasta su propia muerte. Son buenos, es decir, siniestros.
L.

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