jueves, 14 de marzo de 2013

Vivir sin historia


Así como fue privado de su biografía el hombre contemporáneo parece vivir también sin historia y privado, también, del acceso a la experiencia. Esta idea de Giorgio Agamben concluye en otra idea todavía más alarmante. La incapacidad de tener y transmitir experiencias quizás sea uno de los pocos datos ciertos que el hombre tiene sobre sí mismo. El autor afirma que al finalizar la Segunda Guerra la gente regresaba enmudecida de los campos de exterminio o las batallas. No regresaba más rica sino más pobre en experiencias compartibles.¿Y qué pasa hoy con la vida cotidana? El hombre vuelve a la  noche a su casa extenuado por un fárrago de acontecimientos divertidos, tediosos, insólitos, comunes, atroces, placenteros, sin que ninguno de ellos se haya convertido en experiencia, es decir, en algo realmente vivido y sentido y digerido. Quizás la escritura, o el psicoanálisis, constituyan la última experiencia posible en este siglo.
L.

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