Hay un hermoso y triste relato de Horacio Quiroga que se llama así. A la deriva. Cuenta la historia de un hombre que vive en la selva misionera y es mordido por una serpiente venenosa. El hombre sube a la canoa y recuerda situaciones pasadas mientras el veneno sube por las piernas hasta matarlo. La canoa y su dueño derivan sin futuro por el río de aguas lentas y turbulentas. Por momentos este blog sin tema y sin mensaje va también a la deriva. Tal vez lo haya picado una yarará en una noche sin luz. Quizás el veneno esté subiendo de a poco sin que podamos sentirlo. Entonces, porque siempre hay un entonces, aquí se recuerdan situaciones pasadas como si nada ocurriera. Pero el veneno sube y no deja de subir por las piernas desnudas y cansadas. La canoa no deja de avanzar y perderse en remolinos de agua. Pero siempre hay una palabra que, por una razón o por otra, no se alcanza a decir a tiempo y, claro, al final se cae.
L.
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