Me dice una estudiante de canto que es bueno cerrar los ojos para cantar. Se lo dijo su profesora de música en la última clase. Parece que de ese modo uno se mete adentro de más adentro y la voz sale mejor, más profunda, menos contaminada. Pensé que cerrar los ojos puede ser también un buen sistema para producir textos literarios. Ocurre que a veces la gente que escribe ve demasiado y se deja seducir por el mundo de los hechos reales. Esto último es nefasto dado que lo que importa no es tanto lo que pasa sino dar con el alma de lo que pasa. Y para descubrir el alma de los hechos hay que cerrar los ojos como tal vez lo hizo Borges inconscientemente. Cerrar los ojos es también muy útil para dormir, y, claro, para soñar.
L.
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