Dudar de todo

Los militares no dudan. Los necios demasiado necios tampoco. La gente estructurada que encima se considera feliz y contenta se siente segura en su lugar. Dos más dos son cuatro. El amor es más fuerte. El que mata debe morir. El que las hace las paga. La vida es hermosa y mejor de lo que estamos no podríamos estar. Los que dudan suelen ser mal vistos. O vistos como gente amargada, siempre inconforme, reacia a la sonrisa, a la risa y a las carcajadas. La angustia es observada por ese grupo como una enfermedad gravísima. La angustia, la duda, el deseo, la insatisfacción. Y sin embargo las pocas personas que están vivas en este mundo inmundo son justamente las que dudan de todo, las que miran sin entender, las que se cuestionan todas las mañanas, las que están siempre dispuestas a empezar de nuevo, sí, lo que sea, de nuevo, empezar como si acabaran de nacer.
L.