El que rechaza el placer
El que rechaza el placer, el que se hace monje, el que elige la abstinencia en cualquier sentido imaginable, es porque tiene una enorme capacidad para disfrutar del placer. Se trata de una capacidad peligrosa. Por eso tiene un miedo aun mayor. Sólo quien guarda las armas bajo llave teme disparar sobre todos los demás.
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